viernes, 18 de noviembre de 2016

La 9ª inteligencia: Inteligencia Espiritual o de Apertura a la Trascendencia.


Antes de ayer, ayudando a mi hijo a estudiar religión, me tope con el cuadro de las inteligencias múltiples. Allí describian a la novena inteligencia del siguiente modo:


INTELIGENCIA ESPIRITUAL o de APERTURA A LA TRASCENDENCIA:
  • Capacidad de vivir experiencias espirituales.
  • Sensibilidad hacia lo religioso, lo místico, lo trascendental, y ante cuestiones existenciales.
  • Influencia positiva sobre los otros.
  • Capacidad de situarse ante cuestiones trascendentes, como el sentido de la vida.
  • Habilidad para la reflexión cognitiva.
  • Destreza para desarrollar estilos de vida éticos.
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La  inteligencia  espiritual  le  permite  al  hombre  pensar  temas  abstractos,  reflexionar  sobre sí mismo, ver el mundo desde otras perspectivas, también le permite sentirse uno con el universo

La  inteligencia  espiritual  permite  al  hombre  pensar  en  lo  más  eterno  del universo, pero también en lo más profundo del alma.

Aquel que vive espiritualmente siempre va a poder verse a sí mismo como espectador sin dejar de ser actor.
Es decir, que el hombre puede verse a sí mismo como cuando ve a otra persona. 

¿Cuáles son los poderes de esta inteligencia espiritual? Frances Torralba, en su libro "la inteligencia Espiritual" hace un listado de  17  poderes.  Debido  al  corto  espacio  de  esta  reseña,  hablaré  de algunos  pocos  que rescato como los más importantes entre todos. Entre ellos resalto el poder del asombro y el autoconocimiento.

Para lograr el asombro o admiración, Torralba propone el distanciamiento, el sentirse aparte del mundo en el que se vive. Pues como dice, “La toma de distancia suscita admiración  y de la admiración emerge la sorpresa de existir”. El  hombre  es el  único  ser  que  siente  un extrañamiento respecto de su propia existencia. Este extrañamiento es causa posible del suicidio (1).

La  admiración también se podría entender como la capacidad para ver lo bello en lo desconocido.

El tema del autoconocimiento. La inteligencia espiritual le  permite  al  hombre  conocerse  a  sí  mismo.  “El  saber  de  sí  mismo  es  apertura  hacia adentro,  mientras  que  el  saber  de  las  cosas  es  apertura  hacia  fuera”

Esto quiere decir que los sentidos nos permiten conocer el mundo que está fuera de nosotros; el mundo exterior. Pero dentro de nosotros hay otro mundo más misterioso y  más  desconocido. El  poder  del autoconocimiento  nos  permite  conocer  este  mundo interior que hay en nosotros. Conocerse a uno mismo implica tener conciencia de cómo se  comporta  uno  con  los  demás,  de  cómo  piensa,  de  qué  dice,  etc.  Pero  no  es  sólo conocerse  a  uno  como  algo  perfecto  y  homogéneo.  El conocerse  a  uno  implica  tener conocimiento  de  que  hay  defectos,  hay  problemas,  hay  aspectos  que  cambiar,  hay  que pedir  perdón  y  hay  que  aprender  de  los  errores.  Para  hacer  esto,  es  indispensable  ser humilde y no dejarse cegar por el orgullo. El orgulloso dice que se conoce a sí mismo, pero el no reconocer que tiene errores  y defectos, le dificulta desarrollar la inteligencia espiritual.

Ahora bien, para finalizar esta reseña  expondré dos de las doce formas para cultivar la inteligencia  espiritual.  Estas  dos  formas  son:  la  práctica  de  la  soledad,  el  ejercicio del filosofar.

Torralba afirma que muchas veces las personas viven hoy en día siempre acompañadas de otros, no por el amor que les tienen, sino por el miedo que tienen de estar solas: “el impulso  social  no  se  basa  en  el amor  a  los  otros,  tiene  su  génesis  en  el  temor  a  la soledad”.

Muchas  veces  vemos  jóvenes  que  no  pueden  estar  solos  a  causa  del miedo que les suscita mirar en su interior. Y para evitar ello, sale a las fiestas, a tomar trago,  a  embriagarse,  a  gritar,  a  estar  con  los demás,  todo  ello  para  no  estar  consigo mismo.

Estas  personas  que  no  pueden  mirar  en  su  interior,  no  tienen  desarrollada  la inteligencia  espiritual.  Y  llevar  una  vida  apoyada sobre  los  demás  es  llevar  una  vida esclavizada,  una  vida  en  la  cual  la  felicidad  implica  primero  a  los  demás  y  luego  a  sí mismo.  Sin  embargo,  si  el  hombre  aprende  a  vivir  solo  con  el  paso  de  los  años,  a sentirse  en  paz  consigo  mismo,  aprende  que  es  una  unidad  que  puede  vivir  en  paz  sin necesitar de los demás para vivir así. Aprender esto ayudará a desarrollar la inteligencia espiritual  y  tendrá  entonces  una  vida  estable  y  pacífica  cuando  vea  que  en  su  interior
puede encontrar más paz de la que creyó posible.

El  acto  del  filosofar  es, para  Torralba,  otra  forma primordial  de  cultivar la  inteligencia espiritual. El  filosofar  implica  un  diálogo de  pregunta  y  respuesta  al  modo socrático  y  gracias  a  éste  se  podrá llegar  a  profundidades  impensadas,  a  respuestas.   El  filosofar  es  un  camino  para acercarse a la verdad absoluta, pero todo camino que tienda hacia ella será en vano. Lo hermoso  del  acto  del  filosofar,  pues,  no  es  encontrar  la  verdad  absoluta  sino  encontrar las verdades profundas que están dentro de la otra persona. El filosofar ayuda a cultivar así la inteligencia interpersonal, es decir, la inteligencia que permite conocer al otro tal y como es.                                          


El libro al cual se hace mención es el siguiente: Torralba, Francesc, Inteligencia espiritual, Barcelona, Plataforma, 2010

(1)  No digo que el suicidio sea una consecuencia benéfica de la inteligencia espiritual; estoy diciendo que  aquel que se suicida lo hace en cuanto puede extrañarse de su propia vida, pero extrañarla de un modo negativo. Es posible extrañarse de un modo positivo y este modo es el motivo del progreso de las ciencias y de la inteligencia espiritual. 

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