domingo, 16 de noviembre de 2014

Perdoname, Benigna amada.

"Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el Amado;
cesó todo y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado"

‘Noches Oscuras del Alma’, San Juan de la Cruz (1542-1591)
Gracias por tu sacrificio.

Y recuerda que en las radiografías tienes forma de oruga.


"Me enamoré de la que iba a ser mi asesina y ella se dejó matar por mi."

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